Se trata de considerar la perspectiva masculina como única posible, y por lo tanto, universal. Es considerar al hombre, sus intereses y experiencias como el eje, referencia y medida de todas las cosas. Es decir que el mundo se define en masculino y se invisibiliza y excluye a las mujeres. Por ejemplo, cuando se dicen «niños» para englobar a las niñas o «el hombre” para referirse a toda la humanidad.