Fortalecer la comunicación y la confianza, además de establecer estrategias de cuido individual y colectivo de la niñez, son palabras clave que debemos tener en mente con tantas noticias de violaciones y asesinatos de niñas. Debemos dejar de lado la angustia para hablar de este tema con niñas y niños para prevenir que sean víctimas de violencia sexual.

“Urge que hablemos con nuestras niñas y niños porque también han escuchado o visto las noticias y pueden sentir miedo. Debemos apoyarles para que puedan gestionar sus emociones y darles herramientas para que identifiquen señales de alerta de abuso o violencia sexual”, nos dice una sicóloga feminista independiente que atiende a niñas sobrevivientes de violencia sexual.

La sicóloga nos recomienda que hay que hablarles en lenguaje sencillo acorde a la edad. “Podemos decirles que están ocurriendo hechos que ponen en peligro la vida de niñas y niños. Es necesario que sepan que hay personas que pueden causarles daño y eso pueden significar que dejen de existir. Nombrarlo, pero sin dar detalles, evitar que vean las noticias, y si no lo podemos evitar, preguntar qué entendieron y aclarar sus interpretaciones”, nos dice.

Producto de la situación es probable que muchas familias tiendan a encerrarles y eso tiene un impacto. “Puede ser que el niño o la niña aumente sus temores o sienta que le estamos castigando. Esa es nuestra reacción sobreprotectora pero pueden pensar como mataron a esas niñas no me dejan salir, y eso no es positivo. Debemos estar atentas a sus reacciones”, nos comenta la terapeuta.

Por eso nos recomienda seguir con sus rutinas de clase, tareas y recreación, pero reforzando medidas de seguridad y supervisión adulta para poder prevenir la violencia sexual contra niñas y niños.

ilustración de dos mujeres luchando por la justicia

Tarea de todas y todos

También es importante hablar con otras personas, no solo del entorno familiar, sino del vecindario y la escuela. Se pueden establecer redes de cuido colectivo, ya que proteger a la niñez no solo es una responsabilidad individual, sino social.

“No solo se trata de cuidar a mi hija, sino que si soy testigo de un movimiento sospechoso con cualquier niña, niño o adolescente es mi deber indagar qué pasa y ofrecer ayuda”, nos recalca la sicóloga. Otro punto que destaca es que no atiborremos al chavalero de información en una sola platicada, sino que debemos hacerlo de forma dosificada.

Ella nos propone hablar de un tema o una idea a la semana. Ese día podemos hacer dinámicas o juegos de roles para que identifiquen señales de alerta y sepan qué hacer si se encuentran en esa situación.

“Y no olvidemos siempre ponernos a su altura viéndoles a los ojos cuando platicamos. No hay que hablar de pie desde arriba hacia abajo. Cuidemos nuestro lenguaje gestual, hablar suave y con ideas sencillas y claras. No les interrumpamos, dejemos que hablen”, nos dice la especialista.

Consejos para prevenir la violencia sexual hacia la niñez

  • Construyamos relaciones cercanas y positivas desarrollando la comunicación. Si tenemos la costumbre de preguntarles todos los días cómo les fue en la escuela, qué aprendieron o porqué andan tristes, eso genera una cercanía para desarrollar la confianza.
  • Repitamos que siempre pueden contarnos lo que sea y que les vamos a creer. Por eso es importante escucharles, siempre preguntemos su versión de cualquier hecho. Saber que su voz será escuchada y tomada en serio, les empodera y ayuda a hablar cuando algo les incomoda o preocupa.
  • Hablemos sobre el lema Mi cuerpo es mío. Podemos comenzar enseñándoles a nombrar de forma científica las partes del cuerpo: senos, vagina, ano, vulva, pene, nada de palomita, cosita o pompis. Los abusadores usan este lenguaje para violentarles y nombrarlos correctamente no deja lugar a dudas si les escuchamos decir tal persona tocó mi vulva.
  • Expliquemos que algunas partes del cuerpo son íntimas, privadas, y nadie debe tocarlas, a excepción del momento de bañarles o en consulta médica acompañada. Mencionemos que esto también aplica cuando otra persona les pide que sean ellos o ellas quienes toquen sus partes íntimas o quieran tomarles fotos.
  • Enseñemos que no está bien guardar secretos relacionados con su cuerpo. Expliquemos que hay secretos buenos que provocan sentimientos y emociones positivas como alegría y felicidad porque no hacen daño a nadie. Por ejemplo: “Vamos a hacer una fiesta sorpresa a tu hermano”. Pero también hay secretos malos que nos hacen sentir tristeza, preocupación o incomodidad. Por ejemplo: “No le digás a nadie lo que hacemos” o “nadie te va a creer” o “si le contás a alguien mato a tu hermana…”.

Sea una amenaza o en un juego los agresores siempre piden que el abuso se mantenga en secreto. Enfaticemos que siempre deben contarnos si alguien les pidió guardar un secreto y que nunca nos enojaremos por eso. ¡Prevenir violencia sexual en niñas y niños es una tarea compartida!

Fuente documental: Prevengamos el abuso sexual en nuestras comunidades, Grupo Venancia, 2021 (podés descargar este folleto libremente en versión digital).

Comentarios

Deja un comentario