En Nicaragua, la violencia machista nos sigue matando, y algunos medios de comunicación empeoran la situación al convertir las noticias sobre femicidios en espectáculos de horror y sangre, que no abordan de forma integral la problemática.
Algunos medios televisivos y radiales parecen competir por quién publica la imagen o detalles más morbosos para aumentar su audiencia. Mostrar detalles de las víctimas ensangrentadas, semidesnudas o de sus familiares llorando, no solo atenta contra su dignidad, intimidad e identidad, sino que tiene un efecto traumático en quienes le sobreviven.
Los detalles escabrosos son de interés judicial, no público. El hecho de que la noticia tenga interés social no justifica el morbo sensacionalista.
Nos preocupa que muchos medios sigan cubriendo estos delitos como hechos individuales y aislados. Hay que visibilizar la estructura social machista y patriarcal que sustenta y promueve estas violencias al vernos como como seres inferiores y asumir que nuestros cuerpos y vidas les pertenecen a los hombres.
Urge sensibilizar a periodistas sobre el tratamiento amarillista de los femicidios
Contextualizar los hechos, mencionar que a un femicidio le precede una cadena de delitos, exponer las estrategias violentas del agresor o nombrar las veces que la mujer pidió ayuda y el Estado no respondió, son detalles que ayudan a entender las dimensiones de esta problemática social. No es necesario mostrar los cuerpos en charcos de sangre para visibilizar el problema.
Además, basta de seguir catalogando los femicidios como “crímenes pasionales”. Relacionar celos y pasión con delitos de violencia los normaliza. También mantiene en la mente de la gente la idea que amor y violencia siempre van de la mano. Además, publican rumores que ponen en duda la honorabilidad de las víctimas, sugiriendo que ella se lo buscó, justificando así al femicida.
El tratamiento informativo de los medios afecta la manera en que percibimos esta problemática. Por ello urge que reflexionen sobre las imágenes que captan, las palabras que utilizan, las fuentes que consultan y toda la información que omiten y que podría salvar vidas.
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